El lenguaje de la ciencia

A raíz de haber comenzado mi TFG me he visto metido de lleno en el mundo de la “literatura” científica. En muchas ocasiones he criticado la falta de cultura científica en la sociedad y los problemas que esto acarrea, pero llegados a este punto creo que es hora de analizar las causas de esta, en la propia comunidad científica.

Rodrigo Ortega Izquierdo
4 min readNov 16, 2020

Empezando simple y llanamente, las publicaciones científicas (o paper por la denominación inglesa que se usa como termino universal en cualquier lengua) son infumables. Nadie se lee un paper por placer, son artículos por lo general con una pésima redacción, extremadamente pedante y un montón de información deficientemente organizada, casi buscando la propia incomprensión del texto para que este parezca más… ¿intelectual? Verdaderamente desconozco la razón por la cual este tipo de comunicación se ha impuesto para la difusión del conocimiento científico.

Creo que la ciencia ha sido víctima de sí misma y ha hecho de esta extremada complejidad su forma de parecer divina y casi dogmática tomando pues, para el público general, la forma de religión. Y este es un gran problema, la ciencia no puede predicar desde un pulpito, pues no es religión alguna, y sus hallazgos son hechos empíricos, que se han constatado y comprobado, la duda sobre ellos es fácilmente solucionada reproduciendo y falsando los resultados, sus verdades no son absolutas ni eternas y simplemente reflejan lo mejor de nuestro conocimiento en este momento. La ciencia debe dejar de creerse a sí misma divina, y esto debe empezar por que la sociedad comprenda su lenguaje, sea capaz de entender que las verdades detrás de esas fórmulas y gráficas son verdades empíricas.

La ciencia bien explicada es profundamente atractiva

Dentro de la comunidad científica hay una extrema especialización en la que la codificación de los papers es tal, que rara vez entenderás algo que se salga de tu campo de estudio, cada vez más y más concreto. Y sin duda en el punto actual el conocimiento solo puede avanzar con una gran especialización en temas muy concretos y mediante la colaboración, y los papers sirven a ese propósito, a esa necesidad de comunicar los avances científicos a aquellos que comparten campo de investigación o que sobre ello construirán sus proyectos. Y por ello son sometidos a revisión por pares, y unos estrictos procesos hasta ser publicados, huelga decir que en esos procesos influyen cosas más allá de la calidad de la investigación y entran en juego nombres, dinero e instituciones.

Pero tal vez uno de los mayores obstáculos es que la ciencia tiene su propio lenguaje y se escribe en inglés, todas las publicaciones científicas se editan en inglés da igual de donde provengas deberás escribir en inglés, esto es por un lado tremendamente útil pues simplifica enormemente las cosas, pero las simplifica hasta tal punto que hace aún más inaccesible el conocimiento científico. Un conocimiento que ya de por sí tiene un lenguaje y unos modos propios. Yo siempre he defendido la belleza de las lenguas su variedad y diversidad, cada idioma tiene sus unicidades y formas. De hecho, considero el inglés un idioma extremadamente pobre por su propia simplicidad, lo que por otro lado lo hace ideal para ser un idioma mundial y un idioma en el que la ciencia puede inventarse palabras a su libre antojo, palabras que nunca serán creadas ni traducidas a otro idioma, una barrera que solo aquellos que enseñan y divulgan la ciencia se han encontrado.

Y es que si queremos hacer llegar la ciencia a la sociedad esta no puede estar llena de términos anglosajones que poco dicen, debemos ser capaces de explicar el lenguaje de la ciencia en español (y cualquier otro idioma), porque esto la hará más grande. Debemos empezar a escribir artículos rigurosos y detallados, pero que beban de la literatura, que beban de una prosa prolífica que ayuden a la comprensión. Afortunadamente cada vez son más los proyectos de esta índole que están surgiendo, y precisamente el otro día leía a un artículo en The Conversation ES, sobre el que el propio autor comentaba que había recibido más visitas en las primeras 24 horas que cualquiera de los papers que había escrito a lo largo de su carrera.

Y es que la ciencia bien explicada es profundamente atractiva, no solo para los propios miembros de la comunidad científica que mediante artículos de este corte pueden conocer otros campos de investigación, si no la propia sociedad a la que por lo general se ha privado de este acceso al “conocimiento académico”.

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